viernes, 5 de noviembre de 2010

Sindrome del nido vacio

  • Uno de estos reacomodamientos se conoce con el nombre de síndrome del nido vacío: Sensación de vacío emotivo que experimentan los padres cuando los hijos se independizan, abandonando el hogar paterno. Sentimiento de vacío, temor y desconfianza que provoca la perspectiva de perder el control sobre los hijos.

Vacío que, sin duda, se puede llenar de contenido.
“La salida de los hijos del hogar supone no sólo el reconocimiento (ya no es un “niño-a”, “no es mi pequeño-a”), sino la asunción emocional de que los vástagos se han convertido en personas adultas y diferentes, que con su emancipación rompen definitivamente el cordón umbilical, para ejercer su derecho y su deseo de vivir como seres autónomos. Ante el vacío físico y emocional que causa la marcha de los hijos, la madre ha de buscar algún nuevo eje para reestructurar y organizar su vida. Y, desde luego, asumir la maternidad desde un ángulo muy diferente. Entre otras cosas, porque más pronto que tarde se convertirá en abuela. Para evitar la caída en la soledad y el desánimo, esta etapa requiere respuestas prácticas y positivas. Si la salida del hogar ya suponía de por sí una crisis, hay que agregarle la influencia del motivo por el que salen y el cómo lo hacen: si queda el gozo de unas buenas relaciones o el regusto amargo de la salida por una convivencia difícil. De todos modos, a pesar de que todas estas circunstancias repercuten en cómo perciben y sienten los padres la marcha de los hijos, ese momento (cuando ya no queda ningún hijo en casa) significa un antes y un después para la vida de todas las familias. También ocurre que, en ocasiones, esta delicada situación hace emerger un problema aún mayor: una relación inestable, conflictiva, poco consolidada o incluso inexistente entre el padre y la madre, que se ha ido cubriendo, tapando, con la atención a las siempre absorbentes vivencias de los hijos. Y así, cuando éstos se ausentan del hogar, vuelven a estar solos, frente a frente el marido y la esposa. Con sus propios problemas. Ahora bien, y todo hay que decirlo, en una relación equilibrada de pareja, el ”nido vacío” es una expectativa que algunos padres llegan a anhelar, porque anuncia una etapa de más libertad en la que es posible retomar aficiones abandonadas o aspirar a nuevos objetivos. Puede percibirse en muchas parejas como una etapa de liberación, en especial cuando se ha demorado mucho la salida de los hijos del hogar, ya que la diferencia intergeneracional de costumbres e intereses propicia algunos roces o, cuando menos, una convivencia en escasa armonía. Aprovechar la ocasión Es un momento propicio para que los padres hagan una reevaluación de su matrimonio, llenen el “nido vacío” y desarrollen una relación distinta, de adulto a adulto, entre ellos y también con los ex-niños que se han ido de casa.

Como todo cambio de ciclo, supone dificultades, ya que en este camino hay que articular nuevos mecanismos de adaptación y ajuste. Pero seamos realistas: el éxito o fracaso de esta nueva fase se verá muy influido por lo que haya ocurrido en las precedentes. Virginia Satir, asistente social y terapeuta familiar, propone una “lista de aprendizaje” sobre la competencia personal indispensable para atravesar con éxito cada ciclo vital. Es la que sigue:
·         Diferenciación: distinguir entre tú y yo.
·         Relaciones: saber conectarte contigo y con los demás.
·         Autonomía: depender de mí mismo y ser distinto a los demás.
·         Autoestima: sentimiento de valía personal.
·         Poder: utilizar mi energía para iniciar y dirigir mi conducta.
·         Productividad: manifestar la competencia.
          Capacidad para amar:ser compasivo, aceptar a los demas, dar y recibir afecto.
          
   
Pero existe otra manera de ver el nido que dista de la sensación de vacío y temor.
Los hijos se van de casa lo que implica reencontrarse con la pareja: buen momento para seguir evolucionando juntos, compartir actividades, retomar salidas y viajes a solas; no esperar más por el momento apropiado de los encuentros amorosos  y disfrutar de la mutua compañía.


Por mayor que sea la tristeza por la marcha de los hijos esta no debe opacar lo positivo que esta partida trae para la pareja y para cada uno individualmente. No obstante hay modos de encarar esa tristeza y es básicamente hablando en los lugares pertinentes; esto es: con los hijos, con la pareja, con los amigos, con un profesional. Estas conversaciones también te ayudarán a discriminar cuánto hay de dolor por el crecimiento de tus hijos y cuánto de temor ante el propio crecimiento y la falta de costumbre de estar, contigo misma, a solas.
Paginas visitadas:

http://mujeresde40.blogspot.com/2009/05/que-es-el-sindrome-d... - 209k -
http://www.latinsalud.com/articulos/00903.asp - 24k -

videos relacionados:
http://www.youtube.com/watch?v=fShjYSuqYV8
http://www.youtube.com/watch?v=2SUiWXSAkLQ&feature=related

Relatos:

http://ylaluzsehizo.blogspot.com/2008/10/el-sndrome-del-nido-vaco.html

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